jueves, 30 de octubre de 2008

El agua de las rocas


La escasez de agua en algunas zonas hace que se empiece a buscar agua debajo de cada piedra y a enorme profundidad. Y como eso ya no es suficiente hay quien ha propuesto buscar agua dentro de la misma piedra. En su propia composición química.

Básicamente se parte de una cantera donde se extrae un mineral, el yeso natural o sulfato cálcico hidratado, que contiene agua en su composición. Aunque sea un material sólido y aparentemente seco por cada molécula de sulfato cálcico suele llevar incorporadas dos moléculas de agua. Aproximadamente un 20% en peso. Después se lleva a una planta donde es finamente triturado para después calentarlo en unos hornos. El calor provoca su deshidratación, eliminando total o parcialmente el agua. La reacción es endotérmica, es decir absorbe energía. Cuando el yeso se emplea en construcción se produce la reacción inversa. La mezcla con agua es exotérmica y la reacción química convierte el polvo en un bloque sólido.

Eso significa que donde se dispone de amplias cantidades de sulfato cálcico hidratado y calor o energía suficientes seria posible conseguir agua de ella. No de forma barata pero si técnicamente sencilla. El agua obtenida seria “no renovable” ya que se agotaría al acabarse el yeso, y no seria sostenible a largo plazo.

Podemos destacar, el caso de Libia. Allí se extrae agua “fósil” acumulada durante los últimos 40.000 años por debajo del desierto del Sahara. Se utilizan profundos pozos subterráneos de medio kilómetros de profundidad y poderosas bombas que impulsan el agua hasta la superficie y después a las ciudades situadas en las regiones costeras. Se calcula que contienen agua para, aproximadamente, 50 años.

Volviendo al yeso, el esquema de extracción probablemente seria similar al empleado para extraer petróleo de las arenas bituminosas de Canadá. Allí se trabaja en grandes explotaciones a cielo abierto para obtener el material y en plantas industriales donde se calienta la roca para extraer el espeso alquitrán que se esconde entre sus poros. Tal vez una solución desesperada, pero proporciona un millón de barriles de petróleo al día y su explotación va en aumento. Al menos con el agua tenemos la opción de utilizar la energía solar.

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